La pobreza que hoy existe, no es la misma que antes. El mundo ha cambiado de forma muy acelerada y con esto a su vez a cambiado los múltiples aspectos de la vida de las personas. En nuestro rol de psicólogos como personas responsables del mundo que vivimos y en nuestro rol profesional, no podemos hacernos cómplices de situaciones que degradan y violentan la vida de las personas. En éste contexto creo que como psicólogos tenemos que abordar la pobreza como un tema importante en nuestra profesión, ya que es una situación que afecta a nuestro país y dada las condiciones de desigualdad en que vivimos, es un tema aun más complicado, ya que las posibilidades de una sociedad que viva en mayor equidad, son mas difíciles.
Vivimos
en un continente donde la desigualdad no es un tema que solo afecte a los
chilenos, ya que América Latina es según estudios, el continente mas desigual
del mundo según el programa de naciones unidas por el desarrollo [PNUD], (2010)
esto no es un dato menor, ya que la desigualdad es un barrera que dificulta el
progreso y el camino hacia la superación de la pobreza en toda sus dimensiones.
En palabras del (PNUD, 2010): “la desigualdad per se es un obstáculo para el avance del desarrollo humano y su
reducción debe incorporarse explícitamente en la agenda publica”. En este
escenario y contextualizados en que contexto esta nuestro país, nos
preguntamos: ¿Esta en la agenda de Chile la desigualdad? ¿Cómo abordamos la
superación de la pobreza? Es un tema complejo y al ir desmenuzando las
distintas aristas de éste problema, nos damos cuenta que Chile se encuentra en
una complicada situación, ya que están en cuestionamiento dos instituciones muy
importante como lo son la Encuesta de
Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) y el instituto nacional
de estadísticas (INE). Los cuales son los principales datos que sirven de guía
en cuanto a las políticas públicas que apuntan a la superación de la pobreza.
En
un principio mencione que la pobreza de hoy, no es la misma de antes. Esta
frase nos hace pleno sentido, ya mencionada la situación actual que vive
nuestro país y nuestro continente, y en especial la situación que viven
nuestras instituciones que son la herramienta que modela las políticas
públicas. Aunque es una situación que podría parecernos complicada y un
escenario bastante desfavorable para el trabajo y la forma de abordar la
pobreza del siglo XXI, en mi opinión es la oportunidad perfecta para abordar la
pobreza desde un análisis mas macro y que tome todas las dimensiones que
acompañan al fenómeno de la pobreza, no solo mirarlo como una construcción del
ingresos o solo propio del mundo cuantitativo.
En
mi opinión, uno de los fracasos de la CASEN mas allá de las manipulaciones que
sufrió por parte del gobierno de turno, tienen que ver con que ésta encuesta no
da respuesta a la necesidad de un instrumento, que sea capaz de darnos una
mirada real y completa sobre el fenómeno de la pobreza, ya que entendemos que
la pobreza no es la misma de la década de los noventa o de los últimos veinte
años. Dado el flujo y movimiento del mundo actual, éste mundo del siglo
XXI es distinto por sus avances en la
tecnología y la fuerte globalización que vive nuestro planeta. Situación no muy
diferente a lo que vive Latinoamérica y el Caribe, donde algunos países ya han
buscado otras metodologías que buscan abordar la pobreza desde su carácter
multidimensional como lo ha hecho Colombia a través del (IPM): índice de pobreza
multidimensional global (PNUD, 2011).
Lo
que se busca es una mirada más amplia y que responda a la verdadera complejidad
de la pobreza, tener una seguridad sobre cuales son los principales factores
que causan la pobreza, y como éstos se pueden solucionar a través de políticas
públicas eficaces, de ésta forma avanzar a terminar con ésta situación que
afecta al 40% de la humanidad (Sachs, 2006, p.49).
A
modo de ir cerrando me gustaría hacer una especial y profunda mención a quienes
más sufren de éste “fenómeno”, llamo fenómeno para dar cuenta y seguir en la línea
de la complejidad del tema de la pobreza y de ésta forma no dar paso a
reduccionismos, que buscan quitarle la complejidad y ahogarlo en el simple
mundo de los números, quitándole su verdadera dimensión humana. Especial
mención aquellas personas que viven esta situación de forma mas cruda, que son
los niños. Aquellos que mas vulnerados se ven con ésta situación que tan
profundo afecta en la vida de la persona como puede ser vivir en la pobreza.
En
el documental Children Underground se muestra la situación que viven los niños de Rumania que viven en la
calle, donde se ve un fuerte proceso de creciente vulneración, donde aumentan
los índices de violencia y la drogadicción, en muchos de ellos en edades muy
pequeñas. Esto nos hace reflexionar sobre lo importante que es la preocupación
sobre la pobreza, tanto para las personas como para los estados.
No podemos aceptar como humanos y como
profesionales, la naturalización de la pobreza, tenemos que luchar por mostrar
que ésta es una aberración a la vida de las personas, y que nadie debe verse
envuelto en tales condiciones precarias de vida, debemos cuidar los derechos
inalienables que cuentan cada hombre y dejar de deshumanizarnos con miradas
reduccionistas sobre la pobreza. Tenemos que darnos cuenta que tenemos una
responsabilidad ante el mundo y esa responsabilidad debe ser la que guíe
nuestro camino y actuar sobre el mundo que queremos construir.
Para
finalizar queremos mostrar y dar a
conocer que nuestra profesión no es vacía, sino que contiene una
profunda dimensión humana de la cual no podemos renunciar, nosotros trabajamos
con personas, no con cifras, tampoco con el PIB, nosotros trabajamos con la
particularidad de cada sujeto y como éste intenta sobrevivir, a pesar de lo
dura que es la vida en condiciones de tal precariedad.
Nuestra
mirada es mas amplia, no nos ahogamos en las cifras o en lo que el desarrollo,
no puede hacer creer, nosotros buscamos el verdadero bienestar, el de las
personas: “el objetivo va mas allá del PIB e incluye otras dimensiones del
bienestar – como la calidad del empleo, la seguridad personal, el
empoderamiento social entre otras “dimensiones faltantes” del bienestar”.
(Molina, 2013. s/p)
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