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La tecnología te consume
Cada vez que llegó a mi casa,
enciendo el computador de forma automática, aunque no tenga ganas de usarlo.
Mentira, siempre lo uso. El internet y los juegos son una combinación perfecta.
El facebook y el youtube tienen lo suyo. A veces me quedo horas seguidas pegado
a la pantalla. Si se corta el internet pareciera que se acaba el mundo. A veces
no he escuchado a quienes me hablan mientras juego como un nerd energúmeno. Por
suerte he ido alejándome de a poco. Los que tienen internet en el celular no
tienen la misma fortuna. Son dependientes del aparato. El otro día vi un tipo
enojado porque no tenía señal de internet. Supuestamente estar conectado supone
ser más sociable. Y sí, quizás son más sociables en la red, pero cuando están
en sus quehaceres diarios, sociabilizan menos con las personas: están mirando
al celular o a su smarthphone. La mirada se les pierde en la diminuta pantalla.
Pero son multifacéticos: te pueden hablar (aunque tardan 1 o 2 segundos más de
lo habitual) mientras ‘whatsapean’, ‘twitean’, ‘instragream’ e incluso
‘facebookean’. Todos se quieren entretener, pero no se dan cuenta de cómo se
pierde la vida. Según yo porque al estar conectado el tiempo pasa más rápido.
Olvidas temporalmente a quiénes te rodean. Es terrible. Una vez que invite a un
amigo a la casa me di cuenta que ambos estábamos ahí sin estar. Yo estaba en la
'compu' mientras el no despegaba la vista de su smarthphone (bueno, él siempre
está así). Para efectos de mi imagen, es importante aclarar que esto sólo me
sucedió una vez. El tema es que siempre hay gente olvidando su alrededor por la
tecnología. Les encanta estar conectados. Se sienten agobiados en caso
contrario. Según un estudio de la GSMA, una compañía mundial de estudios de los
teléfonos, Chile es el tercer país de latinoamericano con mayor penetración de
smarthphones, con un 19%. Cifra alta. Sumémosle a esto la locura computacional.
El pasado 27 de febrero una tienda de computación hizo ventas de bodega por
hasta un 70%. Las colas se formaron dos días antes. Como siempre, el caos de
apoderó de todos. Al menos, eso se vio en la televisión. ¿Somos dependientes de
la tecnología? A mi parecer, sí. Trabajo todos los días para ir alejándome de
ella.
Gerardo Sepúlveda